Venerable e Ilustre Cofradía de la Santa Vera Cruz, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Maria Santísima de la Aurora y San Juan Evangelista
FUNDACIÓN
La primera hermandad fundada en Baeza, en el año 1540, por la Orden Franciscana, si bien en sus primeras Ordenanzas de 1552, aparece dicha fecha, es probable que su fecha sea anterior, ya que en a1410 un sacerdote, familiar de San Vicente Ferrer, deja dicho en su testamento que un Crucificado que había tallado “ a su muerte, pasase a la cofradía de la Vera Cruz, que se hallaba en el convento de San Francisco”. Durante los siglos XVII-XVIII continuó teniendo su sede en el Monasterio de San Francisco. A principios del XVIII se procesionaba una imagen de San Francisco de Asís, La Santa Cruz, Nuestro Padre Jesús y el Crucificado con los dos ladrones. En el siglo XIX, tras un terremoto que hundió la bóveda del Convento de San Francisco y posteriormente con la invasión francesa y la desamortización, la cofradía se ve obligada a trasladarse a la Iglesia de la Santa Cruz, donde hoy tiene su sede canoníca.
ESTACIÓN DE PENITENCIA
No ha salido el sol aun, y en las calles un sonido característico de la madrugada ya suena, el sonido de una espinaquera, que se burla de Jesús en su camino hacia el Calvario. El espíritu austero y sobrio de esto cofrades de origen franciscano que asisten a su estación penitencial, recorren en la Madrugada estas calles silenciosas. El alba se acerca y el sonido de las cruces que portan los nazarenos sobrecoge a todo aquel que contempla esta hermandad caminar por las calles empedradas de Baeza. Horas de paz, de recogimiento y respeto viven los nazarenos, siendo uno de los momentos más bellos la salida de la Iglesia románica de Santa Cruz, o el paso por la Puerta de Úbeda donde los primeras luces del día conceden protagonismo a la Virgen de la Aurora.
IMÁGENES TITULARES
El Cristo de la Vera Cruz realizado por D. Amadeo Ruiz Olmos, recoge los rasgos típicos del autor, facciones un poco alargadas, muy realista con una gran tensión psicológica, con un modelado muy suave. Su posición no es forzada, adelantando el pie izquierdo, descalzo, carga la cruz sobre su hombro izquierdo y la posición de sus manos y de su cuerpo es la de abrazar la cruz. Gran realismo y perfección presentan las manos. La cruz hace que gire la cabeza hacia la derecha de una manera muy armoniosa. Estamos ante una talla de gran realismo. Va acompañado de la imagen de Simón de Cirene, también obra de D. Amadeo Ruiz Olmos de 1947.
La dolorosa que lo acompaña es María Santísima de la Aurora, en el libro de Ordenanzas de 1630, ya se hace alusión a una Virgen, aunque se ignora el momento cuando se incorpora el culto de la Madre dentro de la cofradía. En 1768, en un cabildo, ya se denomina Nuestra Señora de los Dolores al hablar del orden de la procesión. Tras la pérdida de los enseres que la hermandad sufre en los acontecimientos del 36, y tras su reorganización en los años posteriores, se elimina el culto de la Virgen, hasta que en el año 1980 se encarga a D. Juan Antonio Sánchez Sáez la confección de un boceto de una Virgen Dolorosa, siendo reformada en 1988 por D. Manuel Hernández León, escultor que realizará también la imagen de San Juan Evangelista que procesiona junto a Santa María de la Aurora en la madrugada del Viernes Santo.