Reseña
La Real Cofradía de Nuestra Señora del Carmen se funda en el Convento de San Basilio, Convento fundado por el Doctor de la Iglesia; San Juan de la Cruz. Los primeros datos escritos de la cofradía ya los tenemos en los años 1606, 1620 y 1722.
En los años 1835 y 1836, cuando el Convento de San Basilio queda cerrado, la Iglesia del Carmen continuará con culto religioso y con dichos cultos los de la Real Cofradía, residiendo en ella todavía hasta bien avanzado el Siglo XIX, cuando por razones de ruina tuvo que trasladarse a la Iglesia de San Ignacio, la cual fue cedida por el Excmo. Ayuntamiento de Baeza a la Real Cofradía para que la piadosa imagen de Nuestra Señora presidiera la Iglesia del cementerio. Con la construcción del nuevo cementerio municipal en 1906 y la desaparición de los cultos de exequias en la Iglesia de San Ignacio, la Real Cofradía se traslada a la Parroquia de San Pablo donde continua realizando sus cultos y venerando a su titular hasta el día de hoy.
El lamparario de la Virgen del Carmen es la muestra más clara de que las diferentes generaciones de baezanos han sabido mantener en sus corazones la devoción a la Reina y Hermosura del Carmelo, la cual aguarda en su capilla de San Pablo las oraciones de sus fieles y devotos, los cuales, portando sobre su pecho el escapulario, acuden a sus cultos y la acompañan cada mes de Julio por las calles de Baeza, cuando la Flor del Carmelo, sale sobre los hombros de sus costaleros a ofrecer a Baeza su Santo Escapulario como prenda de salvación.
Iconografía
La Imagen de Nuestra Señora del Carmen sigue la iconografía tradicional en las representaciones de la Virgen bajo esta advocación. Se nos presenta de pie vistiendo el hábito propio de la orden carmelita, consistente en túnica y escapulario marrón y capa blanca. Muestra un rostro sereno y dulce y aparece coronada como Reina de Cielos y Tierra y con la luna a sus pies, según la visión del Apocalipsis de San Juan. Sostiene y ostenta al Niño Jesús en su brazo izquierdo, mientras que con la mano derecha nos ofrece el santo escapulario como prenda de salvación. El escapulario presenta el anagrama de María y el escudo carmelita, que es una representación estilizada del Monte Carmelo coronado por una cruz y rodeado de tres estrellas. Según la tradición, el 16 de julio de 1251 la Virgen se apareció a San Simón Stock en el Monte Carmelo (Haifa, Israel) y le hizo entrega del escapulario, indicándole que por privilegio suyo todo aquel que muriera llevándolo se salvaría. Pronto esta devoción al santo escapulario y a Santa María en el Monte Carmelo se extendió por toda Europa. Por su parte el Niño Jesús viste túnica blanca y está coronado por un nimbo. Alza su mano derecha en actitud de bendecir y muestra también el escapulario en la izquierda.